Los derechos sexuales son derechos humanos relacionados con la sexualidad.
La carta de derechos se firmó en Valencia en 1997, con motivo del XIII Congreso Mundial de Sexología, celebrado en València. Posteriormente, fue ratificada en Hong Kong por la Asociación Mundial de Sexología (WAS), en el XIV Congreso Mundial de Sexología, en 1999.
Los derechos sexuales son para todas las personas, también para las personas con discapacidad intelectual.
La sexualidad es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida y abarca el sexo, las identidades y papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.
La sexualidad se vive y se expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, roles y en relaciones interpersonales. Si bien la sexualidad puede incluir rodas estas dimensiones, no todas ellas se viven o se expresan siempre. La sexualidad está influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, legales, históricos, religiosos y espirituales.
Los derechos sexuales pretenden garantizar que cada persona podamos vivir nuestra sexualidad de manera libre, saludable y placentera. Y están basados en la libertad, la dignidad y la igualdad.
Para ello se han definido 16 derechos:
- Derechos a la igualdad y la no discriminación. Este derecho quiere decir que todas las personas debemos disfrutar de los derechos sexuales.
- Derechos a la vida, libertad y seguridad de la persona. Nadie tiene derechos a amenazar o limitar la vida, la libertad y la seguridad de una persona por cómo vive su sexualidad.
- Derechos a la autonomía e integridad del cuerpo. Nadie tiene derechos a controlar nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. Para cualquier prueba, terapia o intervención relacionada con la sexualidad se necesita el consentimiento informado, para que asegurar que la decisión sea en libertad.
- Derecho a una vida libre de tortura, trato o pena crueles, inhumanos o degradante. Esto quiere decir que nadie tiene derecho a realizarnos un aborto o esterilización forzosa.
- Derecho a una vida libre de todas las formas de violencia y de coerción. Nadie debe vivir violaciones, abusos sexuales, bullying o explotación sexual.
- El derecho a la privacidad. Esto quiere decir que nadie puede divulgar a otras personas información personal relacionada con nuestra sexualidad.
- Derechos al grado máximo alcanzable de salud, incluyendo la salud sexual que comprende experiencias sexuales placenteras, satisfactorias y seguras. Para disfrutar de este derecho necesitamos servicios de atención sexual de calidad, disponibles y accesibles, que atiendan a todas las personas.
- Derecho a gozar de los adelantos científicos y de los beneficios que de ellos resulten. Esto quiere decir que todas las personas tenemos derecho a que no nos ofrezcan apoyos y tratamientos antiguos u obsoletos relacionados con la sexualidad.
- Derecho a la información. Tenemos derechos a recibir información actualizada, precisa y accesibles relacionada con la sexualidad. Esta información debe basarse en la evidencia científica y no en mitos o información manipulada.
- Derechos a la educación sexual integral. La educación debe ser adecuada a la edad de la persona, científicamente correcta y basada en la igualdad de género y con un enfoque positivo de la sexualidad y el placer.
- El derecho a contraer, formar o disolver el matrimonio y otras formas similares de relaciones basadas en la equidad y el pleno y libre consentimiento. Esto quiere decir que toda persona tiene derecho a elegir casarse o no casarse, a tener pareja o no tener pareja, con libertad y con pleno consentimiento.
- El derecho a decidir tener hijos e hijas, el número y espaciamiento de los mismos, y a tener acceso a la información y los medios para lograrlo. Tenemos derecho a desear tener un hijo o una hija. Nadie nos puede obligar a tener o a no tener un hijo o hija.
- El derecho a la libertad de pensamiento, opinión y expresión. Esto quiere decir que tenemos derechos a expresar nuestra sexualidad a través de nuestra ropa, nuestra forma de hablar o nuestra conducta.
- El derecho a la libre asociación y reunión pacíficas. Tenemos derecho a reunirnos, asociarnos y protestar para defender nuestra sexualidad y nuestros derechos.
- El derecho a participar en la vida pública y política. Nadie puede negarnos nuestro derecho al voto o a participar en la política por nuestra forma de vivir y sentir nuestra sexualidad.
- El derecho al acceso a la justicia y a la retribución y la indemnización. Tenemos derecho a la justicia y la indemnización si nuestros derechos sexuales han sido negados.
Plena inclusión CV está comprometida con los derechos sexuales. Desde hace 7 años disponemos de un área de diversidad sexual donde promovemos acciones para asegurar y defender los derechos sexuales de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. También contamos con un programa, Por los plenos derechos, donde nos centramos en la sensibilización de los derechos de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo.
En muchas ocasiones se vulnera los derechos sexuales de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. Por ejemplo, cuando las mujeres con discapacidad intelectual y del desarrollo no pueden acceder a revisiones ginecológicas o cuando en una asociación comentamos al equipo técnico la orientación sexual de un usuario sin su permiso. También cuando se aconseja un método anticonceptivo sin explicar de manera accesible los beneficios y los efectos secundarios. O cuando en un centro o recurso no se ofrece educación sexual integral a todas las personas.
Defender los derechos sexuales es defender los derechos humanos, es promover la salud y el bienestar.
Aquí podéis leer la carta de derechos sexuales al completo.
Aquí podéis encontrar los derechos sexuales y reproductivos en lectura fácil.
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