En el caso de las personas con discapacidad intelectual, se observa un envejecimiento prematuro, en algunos casos este proceso comienza a los 45 años. A través de este programa ofrecemos actividades específicas de mantenimiento y desarrollo tanto físico como cognitivo que mantengan y mejoren sus capacidades y adaptación al entorno. Estas son complementarias a las que se realizan en los centros de atención directa.

Apoyamos un envejecimiento activo y saludable que mejore la calidad de vida de nuestros/as mayores a través de las actividades, informando y apoyando los programas de las entidades, y el trabajo en red.

Desde un enfoque integral y preventivo, se atiende a la persona teniendo en cuenta las áreas que influyen en su vida cotidiana, como  salud, ocio y vida social, movilidad, motivación, deterioro de las habilidades de vida diaria, aislamiento social, dependencia, etc.